Cuentos con oficio literario, memorias de un antiguo nazi, las paradojas de la naturaleza humana, el testigo de Walsh, la codificación poética, el fútbol como pretexto para hablar sobre otras cosas y una periodista latinoamericana con voluntad descentralizadora confluyen en las lecturas propuestas por la redacción purgante.
Quisiera quedarme quieta; Lilian López Camberos
Saber contar historias no es fácil. Es decir, cualquiera puede contarlas, pero otra cosa es hacerlo de manera extraordinaria, con tanta soltura, conceptos, ideas y manejo del oficio literario como lo hace Lilián López Camberos en Quisiera quedarme quieta (Dharma Books), un libro que se encontró lleno de cuidado y trabajo a lo largo de una década, y que, por si no fuera poca cosa, también se ganó el Premio Bellas Artes de Cuento Hispanoamericano Nellie Campobello en 2021, un año posterior a su publicación. Vamos, que no se habla en esta ocasión de una novedad, acaso porque en este espacio no es una regla a seguir y porque un libro de cuentos como este merece más la pena conforme van marchando los relojes. Ahora bien, los cuentos que conforman el libro están conectados por ese concepto inmenso del viaje, establecidos en un punto en el tiempo donde todo pasa y va y viene, pero su lugar es otro, acomodado en la cotidianidad, en esas observaciones nada espectaculares que logran cautivar a través de lo descrito, escrito. Como se ha dicho en incontables veces: que algo sea sencillo no quiere decir que sea simple. Y para muestra este libro contundente, que no se sustenta en expresiones pretenciosas sino en toda la sencillez y la pausa característica de los buenos libros, y que incita, claro, a no más que quedarse quieta.
Memorias de un exnazi; David Saavedra
Memorias de un exnazi es una radiografía de veinte años de radicalización y proselitismo en entornos coercitivos nacionalsocialistas a lo largo y ancho de España. Una tarde durante su preadolescencia, el gallego David Saavedra (pseudónimo) se encuentra con un video llamativo de un discurso de Hitler en la televisión, que estaba viendo su padre. Impresionado por el énfasis del tirano, David le pregunta a su padre quién es ese líder, y este le responde que se trata de “un loco”, con mucho desdén. Así empezaría a nacer la curiosidad de David, primero por todo lo germánico, posteriormente por el propio nacionalsocialista, su vida, los valores de su ideología y por la primera y la segunda guerra mundial. A fuego lento se cuece el caldo de cultivo de una radicalización que no logran impedir ni profesores ni familiares. El resto se lo pueden imaginar sin leer el libro; no obstante, hay algo que llama poderosamente la atención en la escritura, discurso, entrevistas y videos de David Saavedra, y es la insistencia en el acompañamiento en casos de radicalización, no necesariamente de ideologías de extrema derecha, pues establece así un paralelismo entre lo que a menudo se da en entornos coercitivos de extrema derecha y teorías de la conspiración algo más actuales como pueden ser el terraplanismo o la creencia en la inexistencia de la pandemia del covid-19 o los controles poblacionales a través de esta y sus varias vacunas. David Saavedra es un ejemplo que hay que leer para entender de una vez por todas que para caer en una radicalización no hace falta ser poco leído: nuestros momentos vitales, entorno, cómo responden los mayores a nuestras curiosidades y cómo esto nos influye de una manera u otra son cuestiones que tienen un mayor peso a la hora de ser más proclive en caer en lo que él llama “pensamiento de burbuja” y buscar así teorías que solo confirmen nuestros prejuicios o creencias. Debería ser de obligada lectura a adolescentes. David Saavedra hace una labor valiosísima, no solo mediante este libro, sino en sus muchas charlas en institutos, congresos y colegios. Es un gran escritor y orador y una casi no puede creer que haya llegado a pensar que el Holocausto fue un fraude (en su círculo lo llamaban “el Holocuento”), pero así fue y así es como hoy le saca provecho a dos décadas de extrema radicalización. Igualmente interesante es la opinión que mantiene de partidos políticos españoles como VOX y cómo este último a veces funciona como paraguas que apoya algunos postulados nacionalsocialistas, cómo este partido engulle a otras asociaciones, partidos y asociaciones como Hogar Social o donde él mismo militaba, Alianza Nacional. Actualmente el autor está cerca de publicar su segundo libro, que vendría a ser la continuación de este y que nació a raíz de la muerte de su perra, una gran acompañante en momentos de extrema soledad, pánico y depresión tras el progresivo derrumbamiento de su sistema de creencias. Estoy deseando leerlo también y recomiendo mucho leer y seguir a este gran comunicador.
Salvar el fuego; Guillermo Arriaga
La ambivalencia de Paseo de la Reforma siempre me ha parecido inquietante. Va de la sordidez de Tepito a la opulencia de Las lomas. Una misma avenida atraviesa las entrañas de una ciudad que puede ser lo mismo romántica y elegante, que violenta e inmunda. Ese es la idea central de la novela Salvar el fuego de Guillermo Arriaga, la disección de las paradojas no sólo de un país y de una ciudad, sino también de la naturaleza humana. Marina y José Cuauhtémoc viven en polos opuestos; ella es una artista adinerada con una familia estable y él un preso cumpliendo una condena de 50 años por calcinar a su padre. Arriaga se toma su tiempo para narrar el encuentro de estos dos seres que emprenderán un descenso a las tinieblas inseguras del amor, la pasión y el peligro; un estilo polifónico que fusiona varios puntos de vista y distintos tiempos narrativos, con un ritmo intenso en el que los personajes van recogiendo trozos de esperanza, producto de sus contradictorias decisiones. Salvar el fuego tiene la visceralidad de Amores perros (2000), la fragmentación abstracta de 21 Gramos (2003) y el optimismo delicado de Babel (2006); se trata del regreso de Guillermo Arriaga a las venas de una ciudad que conoce y expone, luego de su travesía por la vastedad del Yukón y los lobos en El salvaje, novela de 2021. El autor regresa en cada trabajo a los temas que le preocupan: la venganza, la pasión que carcome el alma y la violencia inevitable de la condición humana; sus personajes son seres que parecen vivir existencias idílicas, pero en realidad, llevan tiempo buscando una salida a su encierro emocional sin saberlo. Guillermo Arriaga es uno de los grandes narradores de nuestro tiempo, su manejo de un lenguaje coloquial rasposo y la psicología congruente de sus protagonistas consiguen que Salvar el fuego se vuelva una lectura adictiva y ágil en sus 664 páginas. Las volubles relaciones humanas, capaces de conseguir una historia de amor entre una mujer millonaria que decide arrastrarse en el lodo y un hombre violento que escribe desde la cárcel, sólo podía emerger desde la pluma certera de Guillermo Arriaga. ¿Se vale soñar con una adaptación cinematográfica?
EMBOSCADA. La historia oculta de la desaparición de Rodolfo Walsh y el misterio de sus cuentos inéditos; Facundo Pastor
Rodolfo Walsh dijo en voz alta: «La realidad no sólo es apasionante, es casi incontable». Reconstruir los hechos que acontecieron en el pasado es una ardua tarea de reescribir lo que callaron, de repreguntar en el dolor e intentar dar con la justicia. Un 25 de marzo de 1977, hace 46 años, Rodolfo Walsh fue secuestrado por la ESMA en el centro de Buenos Aires, en la esquina de las avenidas San Juan y Entre Ríos. Se dirigía allí para una reunión clandestina, pero, paradójicamente, encontró el final de su vida. Facundo Pastor, periodista y abogado, recupera la mítica figura de Walsh, pero esta vez para traer luz sobre su emboscada. Al ritmo del más puro estilo de novela policial y consagrándose al periodismo de investigación, el autor ofrece muchas más claves que subyacen en este misterio en el que se ven enrevesadas traiciones, dobles agentes y documentos cuyo paradero actualmente se desconoce. EMBOSCADA. La historia oculta de la desaparición de Rodolfo Walsh y el misterio de sus cuentos inéditos logra atrapar al lector con la narración de todos los hechos que acontecieron y la reconstrucción del relato; aunque también se centra en los cuentos inéditos del periodista que jamás salieron del anonimato. El gran acierto de esta novela es la aportación de más información sobre uno de los casos que conmocionaron al periodismo argentino, a través de una narración de ritmo vertiginoso. Gracias al trabajo de la investigación y el buen periodismo sabemos que únicamente en la memoria está la manera de seguir construyendo el presente.
El lugar; Annie Ernaux
Aquí la crónica da paso a una codificación poética mayúscula. Si bien el planteamiento al inicio de El Lugar nos prepara para una narración de tintes realistas, es en esos pequeños momentos nostálgicos donde Ernaux deja entrever la imagen de su padre como una estampa donde convive la dureza de una época, junto con la configuración social de principios del siglo XX. Allí habita una crítica a la moral patriarcal, que nos permite develar toda una ciencia de los afectos, la cual resulta de la relación entre un padre y una hija. Porque, al final, es también una canción elemental que rescata del olvido la vida ordinaria de una persona esencial.
El fútbol no te da de comer; Enrique Ballester
Enrique Ballester (Castellón, 1983) escribe columnas sobre fútbol para El Periódico. O eso nos quieren hacer creer. Porque esta recopilación (la tercera, para ser exactos) publicada por Libros del KO, habla, tomando al futbol como pretexto de vida, de todo. Y es la vida (su vida y la del mundo) la que nos presenta a través de certezas (o no tanto) de cómo va pasando el tiempo. Es posible que el autor, hincha del C.D.Castellón, diga (escriba) que no pretende enseñar o aleccionar a nadie, ni nada en específico, pero es claro que la agudeza mental con la que se maneja nos permite no solo pensar, nos hace sonreír y nos lleva a dar una vuelta con la nostalgia para regresarnos de golpe con la realidad. “Hacer un Hazard” para el autor es prometer metafóricamente que el año que viene será mucho mejor y que uno lo dará todo por el equipo (sic). Lo dijo además con un vaso de plástico en la mano, como muestra de empaque y credibilidad. Se pregunta Ballester que quién no ha hecho un Hazard alguna vez en su vida. Somos los Hazards de la vida. Todo aquel que busque la vida como puerta al fútbol -y viceversa- hallará en las letras de Ballester una joya a la cual podrá acudir cualquier día y a cualquier hora. No hay nada (nada) que el fútbol no pueda aleccionarnos en la vida.
Llamada perdida; Gabriela Wiener
Grabriela Wiener argumentaba que con Llamada perdida hablaba de agitación personal, pero, fundamentalmente, de la subversión de algunas dinámicas sociales. Estamos, pues, ante una sucesión de autorretratos que se revelan ante nosotros como una voz interior que nos advierte sobre la violencia inherente a la cotidianidad. Sin embargo, el acierto más grande de Wiener reside en subrayar que, como lo ha demostrado Emmanuel Carrere, no todas las primeras personas son estúpidas e inoportunas y, también, en el hecho de reivindicar la tensión que percibió Phillip Lopate entre nuestro lado seductor y nuestro lado sensible. Wiener no busca hacerse invisible ni reprimir sus prejuicios, obsesiones y complejos, sino que revolotea alrededor de las cosas buscando el lado oscuro, absurdo y abrumador de la normalidad. Si Knausgård se escudó en la autoficción para barnizar de literatura sus más profundas miserias, Wiener lo hace desde la crónica, con un recuento crudo y salvaje de catástrofes, barroquismos y derrotas personales. Sin proponérselo, la periodista peruana ya se ha convertido en una de las grandes portavoces de una generación que desmonta maternidades idealizadas, concepciones heredadas sobre el sexo y las relaciones de pareja y el blanqueamiento del racismo sistémico en contra de los migrantes, que no viajeros. Queda por exigir que su perfil sobre la best seller Isabel Allende ocupe el lugar que le corresponde en la tradición contemporánea del periodismo narrativo latinoamericano.