Diana Lerendidi

Mujer ave,te crecieron brotes en tus senosdonde anidabas vida en tu pecho. Te crecieron raíces

Landscapes: escrituras móviles de Fabiola Eunice Camacho, editado por los Libros del Perro, es una

La primera vez que leí Como agua para chocolate tenía dieciséis años. El libro lo

Sentada al filo de un espejo natural, las nubes danzan, posan y pasan. Me hacen

Mis lágrimas cuelgande mi gargantacomo una nota largaque sólo quiere escaparde las cuerdas gastadasde un

Así eres tú, el verano que quiero que se detenga en mi reloj de arena.

Son las fotografías que cuelgan de mi existencia, impulsos de paisajes, mapas mentales.

Gracias por tanto, por invitarme a ser parte de tu otra dimensión, por regalarme los momentos más extraordinarios a tu lado y por compartirme de tu magia. Hasta siempre, Misha. Hasta que el tiempo nos vuelva a encontrar. Te amo.

De pronto alguien me dijo al oído: ¿quieres bailar? Abrió los ojos y me sonrió con una de esas malditas sonrisas que quieres guardar en tu bolsa para que te acompañe toda la vida.

Y nos habremos de encontrar en un trozo de cielo.

Tu compañía era oportuna, siempre llegabas cuando más te necesitaba y me bastaba con ver tu cara para sentir infinita tranquilidad. ¿Qué hay de las vidas que te faltaban por vivir? ¿Qué hay de nosotros?

No puedo sino reconocer y celebrar el esfuerzo y valentía de todas las mujeres que han jugado un papel trascendental en la historia mundial y, sobre todo, en mi historia personal.

Caminos que forman historias; historias que forman una vida.

Estaba pensando sobre mi vida, ¡ y qué bonito, qué bonito fue todo! Silvia Palacios25-12-2020

Al filo del mar, devuelvo mis lágrimas
a su verdadero hogar.

Tú siempre serás mi luz al otro lado del mar…

El dolor es real. Duele respirar.

Yo la ofrenda la llevo por dentro…

El tiempo se tambalea como un funambulista entre las manecillas del reloj.

Me quedo ahí, en ese lugar donde todo surge para desvanecerse, incluso los malos recuerdos.