Siempre, a pesar de todo, encuentro la manera de sobrevivirme.
Moriría por verte
Porque te apiades de esta persona que te ama como nadie te amará en tu vida.
En casa debe haber más souvenirs que comida en la heladera. Desde los 15 años, cada cierto tiempo (veinte o treinta días, aproximadamente), agarro uno sin que nadie lo note y lo tiro al basurero.
Nubes: bocetos de la imaginación
Una teoría que tengo es que, tal vez, si miras allá arriba lo suficiente, allá donde las nubes nacen, te pueden salir alas. Aún no la he comprobado, sigo en eso.
La palabra que me mata
Cuanto más las pienso, más se clavan, y si las dejo volar por mi cuarto como partículas, me siento huérfana de palabras.
Quedé en ese callejón con la única compañía del frío; un compañero que, por más abrigo de piel que tengas, te dará una caricia que te llega a los huesos.
Todo colisiona al afán del tacto.
Deseo de sed
Me deseo con todo mi ser. Con toda mi sed de deseos del mundo.
Mi querida Roja
Haces a las mujeres cíclicas, cambiantes y hermosas. Lucharé contigo para que no te quiten ese poder.
Subió el volumen de la música, se puso unos guantes y comenzó. Era rápido, preciso, perfeccionista; el escultor de la carne, conocedor de la anatomía, cortaba y disfrutaba, mientras bailaba con los cuchillos como pareja de baile, al compás, concentrado, sin perder el ritmo.
La nostalgia había vencido a los fantasmas. Ahora era capaz de escuchar su canción sin sufrir.
Amor de verano
Mi corazón ya tenía dueño, no debería quedar espacio para nadie más, pero no era así; aquella mirada hizo magia y encontró el resquicio justo para entrar.
Carta desesperada
Escribo esta carta desesperada, desde la cubierta del barco ‘Open Arms’, representando a cualquiera de las 134 personas que me acompañan. La meteré en una botella y la lanzaré al mar, sin saber qué ocurrirá mañana.
Frustración
Otro día más que llego a casa, me quito los tacones y me lanzo en el sofá. Otro día más que mi mente se hace un nudo y, al final del laberinto, aparece la palabra.
Cincuenta años
Y es que hay una diferencia de amar y querer, cuando se comprende que uno no es dueño del ser amado; que amar es dejar en libertad para verlo florecer. Y entre todo, hemos decidido ver la felicidad. Juntos decidimos aventurarnos.
El ruido del silencio
El silencio oculta muy bien a la violencia, y la violencia es esa historia que no todas podemos o queremos contar, pero que duele mucho más callarla. Así que ya no me importa que el machismo me apunté a la cara a plena la luz del día ni que la misoginia me ataque por la espalda con las luces apagadas.
#EllosHablan, un examen de conciencia
Tras los recientes hechos en México y las últimas manifestaciones que han surgido con denuncias tajantes hacia el gobierno y a la sociedad por tantos feminicidios y crímenes impunes; exigiendo justicia y visibilizando el grave problema de violencia que nos aqueja, y ante la respuesta poco empática y violenta de algunas personas de mi entorno […]
La constante y la impropia
De vez en vez, suelo ser la constante y la impropia.
Constante en preguntas e impropia en respuestas.
Así que, haciéndole un favor a la constante,
me cuestioné por qué nos encontramos
y la respuesta impropia fue “porque sí”.
En múltiples entrevistas, Drexler cita a Ígor Stravinsky para definir el concepto del álbum y el espectáculo: mientras más me limito, más me libero.
Las hojas despeinadas
Una lluvia de letras,el árbol travieso. Los versos abiertosy las hojas despeinadas. Vida, cuéntame tu historiacon las luces apagadas.