Editorial

Ya no me busquen

Siempre defendí el feminismo, pero de haber sabido que terminaría muerta, hubiera preferido haber cambiado algún acto, palabra o estilo de vida.

Recorrido efímero

No olvidar que nuestra estancia es fugaz y, por lo tanto, debería ser sublime. Disfrutar tanto los días que tengamos para que, cuando tengamos que partir, seamos recordados como esa persona que dejará una admiración eterna.

Está bien querer amar

Las personas que consideramos el amor como una prioridad en nuestra vida somos vistas como seres débiles y anormales por quienes hay que sentir desconfianza o una profunda pena.

Haga como yo, no se meta en política

La gente metida en política tiene la curiosa idea de lo que les importa a ellos debería importarle a todo el mundo y acusa a los demás por su no implicación. Pero como practico regularmente al menos tres pecados capitales (gula, pereza y envidia) y voy a ir al Infierno igualmente, para qué molestarme.

Los monstruos de Mary Shelley

El auténtico monstruo de Frankenstein no es la criatura, sino su creador. Nos aterra la muerte, pero más aún nos aterra la idea de que alguien pueda volver de ella o de que esta pueda tornarse vida.